lunes, 17 de octubre de 2011

La vida sencilla

Todo lo hice por ver el mar...Recorrí todo ese largo camino.Mis pies estaban agotados,mis piernas temblaban, pero lo conseguí, estaba allí, ante la inmensa verdad del mar.En el auge de la belleza natural.Cuando el sol todavía bañaba su cuerpo en el horizonte lejano y rojo,dentro del agua fría, fría por los ratos oscuros de cada noche,cuando las playas desaparecen a los ojos humanos y el agua se torna a negro.
La arena se entremezclaba entre mis pies descalzos,una delicia tan primitiva como la de oler el mar en plena mañana.Sentía como que volaba, saboreaba una brisa fresca en mi paladar,podía planear.Okupar el firmamento de un sueño,seguro que si alzaba los brazos, acariciaba el cielo.Y sin saber como, todo se detuvo a cámara lenta, yo seguía soñando...

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